La radiofrecuencia no ablativa (RFnA) es un buen tratamiento para dermatoheliosis (envejecimiento de la piel ocasionado por el sol) y laxitud de la piel, ya que la respuesta terapéutica se enfoca en la dermis y en la grasa subcutánea, mientras la epidermis permanece intacta durante el procedimiento. El estiramiento de la piel a corto y a largo plazo son el resultado de la reorganización y síntesis de las fibras de colágeno obtenidas por medio de este método no invasivo.
El tratamiento con radiofrecuencia fue aprobado por la FDA en 2002 como el primer procedimiento cutáneo de fotoenvejecimiento y “estiramiento” no quirúrgico para la región periorbital. Posteriormente, en 2004, otros estudios confirmaron estos primeros resultados incluyendo nuevas aplicaciones en la parte inferior de la cara.
La radiofrecuencia es energía electromagnética la cual se dirige a estructuras cutáneas con alto contenido de agua, esto genera que se caliente el tejido, dicho calentamiento estimula moléculas y células de la piel, activa la respuesta de la cicatrización de los fibroblastos produciendo y depositando nuevas fibras de colágeno. Además, el calor modifica la organización del colágeno produciendo resultados satisfactorios en la estructura y aspecto de la piel. La RFnA es capaz de dar mayor fluencia de energía a volúmenes grandes de tejido sin dañar la epidermis. Las fibras de colágeno son particularmente susceptibles a la ruptura por energía electromagnética. Las uniones intramoleculares lábiles al calor son destruidas a temperaturas mayores de 65°C, la vigilancia estrecha de las temperaturas del tratamiento (lesión térmica controlada) es esencial para un resultado correcto, por tanto, es importante calentar los tejidos, pero es más importante mantenerlos calientes durante el mayor tiempo posible, pues es la clave de la eficacia. Se trata de mantener durante dos minutos la temperatura de la superficie cutánea en una media de 42º C (lo que significa que la temperatura de la dermis y del tejido celular subcutáneo está a 60º C). Para tal efecto, es importante utilizar un equipo con potencia adecuada, medir la temperatura y realizar el tratamiento el tiempo necesario (20 a 80 minutos de acuerdo al área a tratar) para alcanzar el efecto terapéutico.
En términos generales, la radiofrecuencia favorece el drenaje linfático, lo cual disminuye líquidos y toxinas acumuladas que se depositan en los adipocitos; aumenta la circulación, mejorando el metabolismo de los tejidos y la piel; y regenera el colágeno, dando un aspecto rejuvenecido. La coagulación inmediata del colágeno produce una contracción inmediata del tejido con un tensado suave inmediato, la producción de nuevo colágeno (neocolágenogénesis) se manifiesta a más largo plazo (3-6 meses) que es el tiempo en que la aparición de nuevo colágeno tarda en producirse (efecto a medio plazo). Ya que esta estimulación a la regeneración de la piel es progresiva, a medida que el tiempo pasa, nuevas fibras van reemplazando a aquellas envejecidas, otorgando elasticidad. Este efecto puede producirse hasta durante seis meses después de las sesiones.
Existen diferentes tipos de sistema de aplicación de radiofrecuencia; estos se clasifican de acuerdo a la disposición del cabezal de emisión en:
- La radiofrecuencia monopolar
- La radiofrecuencia bipolar
- La radiofrecuencia monopolar
De acuerdo al sistema de entrega de energía:
Y cada una de estas tecnologías pueden combinarse entre sí, radiofrecuencia térmica monopolar, Radiofrecuencia térmica bipolar o multipolar, Radiofrecuencia fraccionada no invasiva monopolar o multipolar, Radiofrecuencia microagujas monopolar o bipolar.
Las características de los sistemas producen un nivel de penetración y actuación diferente y por ello en Clínica Novapeel es la Dra. Ivonne Figueroa Zárate, médico cirujano especialista en Dermatología, quien elige entre el equipamiento de sistemas de tratamiento que dispone el Centro, el tipo de Radiofrecuencia más adecuado para cada paciente.